miércoles, 18 de agosto de 2010

Días de esos

Gracias Sole bonita,
por tu humilde aporte
a mi fucking estado de ánimo

Adorarte, cordobesa.
He dicho-

·

No hay que llorar porque las plantas crecen en tu balcón,

no hay que estar triste si una vez más
la rubia carrera de las nubes te reitera lo inmóvil,
ese permanecer en tanta fuga.

Porque la nube estará ahí, constante en su inconstancia
cuando tú, cuando yo -pero por qué nombrar
el polvo y la ceniza-.

Sí, nos equivocábamos creyendo que el paso por el día era lo efímero,
el agua que resbala por las hojas
hasta hundirse en la tierra.

Sólo dura la efímero, esa estúpida planta que ignora la tortuga,
esa blanda tortuga que tantea en la eternidad con ojos huecos,
y el sonido sin música, la palabra sin canto,
la cópula sin grito de agonía,
las torres del maíz,
los ciegos montes.

Nosotros, maniatados a una conciencia que es el tiempo,
no nos movemos del terror y la delicia,
y sus verdugos delicadamente nos arrancan los párpados
para dejarnos ver sin tregua cómo crecen las plantas del balcón,
cómo corren las nubes al futuro.

¿Qué quiere decir esto? Nada, una taza de té.

No hay drama en el murmullo,

y tú eres la silueta de papel que las tijeras van salvando de lo informe: oh vanidad de creer que se nace o se muere,
cuando lo único real es el hueco que queda en el papel,

el golem que nos sigue sollozando en sueños y en olvido



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1 comentario:

  1. oh, y yo adorarte a ti. y cuanto adorarte. y a Jules tambien.

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