domingo, 23 de mayo de 2010

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Leer el diario está convirtiéndose en algo asqueroso. La televisión, e incluso la radio. Capaz lo que (me) resulte intolerable sea seguir viviendo así, de esta manera, con tanta mierda alrededor.

Hoy me llegó una nota de Página 12 a la casilla del mail. Caso Villegas. Leo y me entero de que el juez –Gerardo Palacios Córdoba- consideró que en el caso que todxs conocemos no hubo una violación, sino que los tres hombres sólo incurrieron en el delito de corrupción de menores y en la divulgación de material pornográfico.

Cuando una mujer dice No, es No. Siempre quedó esa frase resonando en mi cabeza, desde el día en que la leí en una pancarta, creo que fue en el 2006, en el Encuentro de Mujeres de Jujuy. Cuando saltó todo lo de Villegas, no pude menos que pensarla de nuevo. Y de indignarme, claro, como hoy con la nota, o como cada uno de los días en los que iba escuchando novedades.
Que se realicen marchas en defensa de abusadores no puede pasar.
Que se siga culpabilizando a las mujeres víctimas de abusos-violaciones-violencias, no puede pasar.
Que se exija a esas mismas mujeres víctimas que justifiquen el POR QUÉ fueron víctimas, no puede pasar.
No más.
De golpe me acuerdo de cuando se aprobó la media sanción de la Ley de Trata, tan (mal) celebrada por muchxs. Esa ley hipócrita exigía (y exige) que las mujeres mayores de 18 años que hubiesen sido secuestradas con fines de explotación sexual, deban justificar que se han “quedado ahí”, en esa situación, “en contra de su voluntad”.

Estos dos son solo dos casos paradigmáticos. Lo que está en discusión es lo que hay más allá. Lo que está mal es este sistema repulsivo que re-victimiza a la víctima y defiende a los violadores. Lo que está mal es esta sociedad patriarcal, violenta y sexista. Lo que está mal es que se sigan justificando las violencias bajo la supuesta existencia de dos tipos de mujeres: quienes merecen ser respetadas y quienes no lo merecen; las buenas y las putas, las madres y las putas, las vírgenes y las putas.


PUTA. PUTA. PUTA.

Esa palabra que aterra. Esa palabra de la que todxs se quieren diferenciar. Eso que ningún padre, ninguna madre, quiere para su hija. La puta, la que carga con todas las verdaderas putas violencias de una sociedad hipócrita y sexista. La puta, la que se merece que le pase lo que sea que le pase, porque su vida no es como debe ser. ¿Y quién mierda dice cómo debe ser vivida una vida? ¿Quién o quienes tienen el derecho de juzgar a lxs que no eligen vivir como se dice que es válido vivir?

Es hora de que esto entre en las cabezas de todxs: cuando una mujer dice no es no.
Sea puta, sea virgen, sea madre, sea lesbiana, sea trans, sea lo que elija ser.
Cuando dice NO es NO.

·

2 comentarios:

  1. Los medios, en sentido amplio, lo que es lo mismo que decir los medios que no-son-del-palo se vuelven inleíbles cuando de estos temas realmente importantes se ponen en cuestión.
    Realmente, no hay que dejar que sigan circulando impunemente estas violencias (no sólo simbólicas sino las materiales, que describís). Tenemos también que decir NO a los que venden carne podrida y se llaman a si mismo periodistas.

    Banco este espacio.
    Saludos,

    S.

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  2. Gracias por completar(me) las ideas, compañero.
    Tenemos que decir NO y empezar a respetar las libertades. Y eso solo para empezar (y ya parece tan dificil).

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