miércoles, 19 de mayo de 2010

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N. es una estudiante del bachi. Tiene 37 años, siete hijxs, una vida de esas en las que pareciera que no entran más violencias.

Resulta que la semana pasada, N. tuvo un aborto espontáneo. Hoy está con dolores y pérdidas de sangre. Pero además resulta que, su ex marido golpeador, una vez le dio un golpe enorme en el riñón, y por lo tanto la salud de N. es delicada. Pero a todo esto, resulta que, hace un mes, N. tuvo otro aborto espontáneo. Y también resulta que, además, N. no quiere tener más hijxs. El primero fue a los 17, después vinieron otrxs cuatro con un ese mismo padre borracho y golpeador que la violaba por placer, mientras le decía “vas a tener todxs lxs hijxs que yo decida”.

Hoy N. tiene otro marido, y sufre otras violencias. Pero N. decidió que no quiere más hijxs ni más abortos: quiere ligarse las trompas. Pero ¿qué pasa? Su marido no la deja. Y si ella quiere hacerlo, tiene que ser “por izquierda”: él no se debe enterar. A todo esto, me enteré hoy que, hasta hace dos años, las mujeres sólo podían ligarse las trompas si sus maridos firmaban primero. Hoy todavía, en algunos hospitales, exigen esa firma para hacerlo. Y claro, ni te animes a preguntar por qué: encima de que sos mujer, de que sos pobre ¿pretendés explicaciones?

N. no sabe qué hacer. Yo intento ayudarla como puedo, y mi cabeza no deja de pensar. Es claro: ¿qué es una mujer si no una incubadora para la sociedad? El sistema heteronormativo, sexista, patriarcal, impone biopolíticas de control sobre los cuerpos de las mujeres, que no dejan de ser meros úteros en potencia, incubadoras, o como lo queramos llamar.

Dice M. Foucault que el dispositivo de sexualidad produce subjetividades, es decir, que una serie de acciones sociales-institucionales producen sujetxs e identidades subjetivas. Y esto trae consigo la idea del discurso como acción. Este dispositivo impone un modo de pensar/ejercer la sexualidad, que es el modo reproductivo: para dicho modo, el objetivo de la práctica sexual (heterosexual, por supuesto) es la reproducción. Y aquí es donde adquiere importancia el útero. Se está pensando en términos de funcionalidad: el sexo debe servir para algo, en este caso, para la procreación. Y las mujeres seríamos las encargadas (y deberíamos sentirnos “orgullosas” de serlo) de incubar a esxs nuevxs seres-productos.

Así, tanto el marido de N., así como quienes se oponen al matrimonio entre personas del mismo sexo, o quienes se manifiestan en contra del derecho al aborto, no se cuestionan a sí mismxs: para ellxs la mujer tiene una finalidad, un papel que cumplir, una designación, casi un destino que comienza a escribirse ese mismo día en el que el/la médicx le dijo a nuestras madres ¡es una nena! Y ahí es donde ¿empezaron? a escribir nuestras historias, que se guiarían de acá en más de acuerdo a la fórmula “mujer = madre”. Y en este punto me empiezan a cerrar algunas cosas. Me cierra que el primer marido de N. le dijera “vas a tener hijxs hasta cuando yo lo decida”. Me cierra que su actual pareja no LA DEJE ligarse las trompas. Me cierra que los hospitales exijan esa firma. Porque atrás nuestro, atrás de todas nuestras luchas, de nuestro ser-estar-existir, hay un sistema que designa, que legisla, que decide. Un sistema que reglamenta, que controla cuerpos, vidas y mentes. Un sistema sexista, heteronormativo, machista, patriarcal; que no deja de ser una construcción y como tal, tenemos que deconstruirla. Quebrarla, para formar otra cosa. Y ahí es donde tenemos que dejar la idiotez, la hipocresía y el individualismo. Y si no, mis queridxs, nos quedamos con esto, total… ¡a mi no me toca!

[Carajo]
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5 comentarios:

  1. Amiga, felicito tu activa militancia y acompaño en estas palabras. En un rato me voy frente al pizzurno que está la carpa docente llevaré unos mates y me quedaré allí.
    Mucha fuerza, y para adelante con tus convicciones.
    te quiero mucho

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  2. Condesa, lo terrible es que suceda de verdad. Y que hasta no verlo, muchas veces, no reaccionamos.

    Lulita de mi corazón, ¡no sabía que ibas a la carpa! Uff, quería ir. Amiguita, quiérote, hacen falta más personas como vos en este fucking mundo.

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  3. Impecable. Ahora pregunto: ¿un hombre se puede hacer una vasectomía si su esposa no firma antes? De ser así me parece justo...
    Obviamente son los mismos que sostienen que yo no me puedo casar ¡, ni debo adoptr un hijo (pero sí le pueden partir un riñón a su esposa legítima y seguir embarazándola).
    Que se entretengan ya gestionando una sexualidad reproductiva responsable. Tal vez para eso sirvan.
    Un saludo

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  4. Exactamente, Fiamma, ese es el punto: al hombre no le piden una firma antes. Él puede decidir cuando/como/donde hacerla sin más que ir y decir que así lo desea.
    Y, obviamente, son esos mismos que sostienen y pretenden reglamentar lo que hagamos con nuestras vidas ...
    Un saludo para usté también.

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