martes, 25 de enero de 2011

Género y Butler, dos puntos

El género, plantea Judith Butler, no es una identidad estable: se trata de una identidad construida en el tiempo que se instituye por medio de la “repetición estilizada de actos”[1] que crean la ilusión de un “yo” generizado permanente. De esta manera, plantea Butler, es que el concepto de género se desplaza hacia el terreno de la temporalidad social constituida: la repetición de actos discontinuos en el tiempo mediante la cual se instituye el género, la “apariencia de sustancia” que se presenta, no es otra cosa que una identidad construida. En este sentido, podríamos pensar, siguiendo a Butler, en la llamada “identidad de género” como un resultado performativo. Es el cuerpo, dice Butler, el que adquiere su género, en una serie de actos que se renuevan, revisan y consolidan en el tiempo; por lo que no podríamos dejar de pensar en el cuerpo como una “encarnación de posibilidades”, posibilidades que estarán, a su vez, condicionadas por las convenciones históricas. Lo que conocemos o hemos aprehendido como constitutivo del género femenino o masculino forman parte de los actos previamente mencionados.

Lo que plantea Butler es que, más allá de lo que cada uno/a haga y a pesar de que el acto se lleve a cabo por cuerpos individuales, al tratarse de modos generizados la acción se vuelve pública, son acciones con dimensiones temporales y colectivas, esto es: se lleva a cabo la performance y también la intención de mantener al género dentro de un modelo binario; y es también en este sentido que Butler realiza el planteo acerca de que los actos que cada uno/a hace ya fueron, previamente, llevados a cabo por otres actores, a la vez que actualizados y reproducidos como una realidad. Podríamos entonces, parafraseando a Butler, pensar en una herencia de actos sedimentados que, con el tiempo, han ido configurando estilos corporales que aparecen como forma natural de los cuerpos en sexos que existen en una relación binaria.

Butler retoma, también, el lema feminista “lo personal es político”, para reflexionar en relación a la experiencia subjetiva, que existe estructurada por las configuraciones políticas, pero también para ver cómo esta experiencia, a su vez, repercute en esas configuraciones y las estructura.

De alguna manera, la teoría del género como performatividad que establece Judith Butler nos permite reflexionar en varios aspectos: por un lado, en la idea de la performance como algo, en algún punto, inquietante ¿Qué sería esto? Lo que “asusta” de las performances de género (en un contexto que no es “el teatro”, por ejemplo) es la falta de línea que marque el límite entre la actuación y aquello considerado como la “realidad”. Intranquiliza que no haya convenciones que demarquen ese límite y que, por lo tanto, faciliten la dominación. Como vemos también Roland Barthes ("La muerte del autor"), se teme la multiplicidad, y es por esto que se intenta clausurar el sentido, buscar explicaciones, estableciendo centros y poniendo puntos de inicio, de origen, y de finalización. En la teoría del género como performatividad nos encontramos, también, con una suerte de multiplicidad: pensando, por ejemplo, que cada acto constituye una realidad nueva. Que el género es un continuo “hacer”. Que no podemos hablar de géneros como modelos verdaderos o falsos, no podemos establecer un “origen del género”.

Tal vez lo interesante sea imaginar, como establece Butler, una genealogía crítica del género complementada con una política de actos performativos de género que redescriba las identidades de género existentes, exponiendo de esa manera las cosificaciones/construcciones sociales que se presentan como núcleos sustanciales, como identidades; ya que, como ella misma dice “si el cimiento de la identidad de género es la repetición estilizada de actos en el tiempo (…) en la ruptura o repetición subversiva de este estilo, se hallarán posibilidades de transformar el género”[2].



[1] Butler, Judith, Actos performativos y constitución del género: un ensayo sobre fenomenología y teoría feminista en Theatre Journal Nº3, 1988, p. 297.

[2] Butler, Judith, Op. Cit, p297

1 comentario:

  1. definitivamente Butler entró entre mis autoras favoritas, me ayudará en mi tarea de hacer esa mezcla entre "una genealogía crítica del género complementada con una política de actos performativos de género". Ojalá pueda la arqueología feminista ayudar a comprender, explicar, interpretar, interpelar a esa "herencia de actos sedimentados que, con el tiempo, han ido configurando estilos corporales que aparecen como forma natural de los cuerpos en sexos que existen en una relación binaria". A subvertir, a subvertir, se oye en el aire...

    ResponderEliminar